Importancia de la virtualidad en tiempos de pandemia
- Micaela Tiferes
- 26 may 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 26 ago 2021
Estamos viviendo un momento muy raro. La palabra “virtual” hoy en día tiene una connotación completamente diferente que la que tenía antes de la pandemia. La virtualidad pasó de ser una herramienta, a ser la única forma de comunicarnos en cuestión de segundos. De un día a otro todo cambió, y considero que es importante reflexionar acerca de este cambio tan rotundo que vivimos, especialmente para con la tnuá.

De un día a otro no pudimos vernos más sábado a sábado y pasamos a ser cuadraditos de Zoom. Era algo nuevo para todxs. ¿Fue difícil adaptarse? Si, pero lo hicimos y lo continuamos haciendo cada semana. Pudimos superar los obstáculos que se nos iban presentando y aprovechar e intentar ver el lado positivo de este mundo virtual. No les voy a mentir igual, extraño lo presencial. Extraño ver llegar a cada janij/a con alguien ya esperándolx para darle un abrazo. Extraño irme de majané. Extraño ver a toda la tnuá junta. Pero no me quiero poner melancólica, quiero centrarme en los cambios que hicimos como tnuá para poder seguir adelante y las herramientas que tuvieron un rol clave para hacerlo.
Herramientas como Zoom y redes sociales pasaron a ser nuestro “lugar”. Pasaron a tener un rol fundamental en la relación con lxs janijim/ot al no poder vernos de manera presencial. En un principio, con la ayuda de lxs padres y madres, cada grupo empezó a buscar cuál era la mejor dinámica a utilizar. Algunxs cocinando, pintando, otros adaptando juegos de la presencialidad a la virtualidad, viendo películas, jugando mediante redes sociales o teniendo las peulot más largas de la historia, siempre intentando adaptar el Jinuj a este contexto, aunque priorizando el divertirse y generando un espacio de distensión.
La virtualidad tiene mucho de lo que es la prueba y el error. Es fundamental que estemos al tanto de qué dinámicas divierten, entretienen y cuáles no, y esto implica ser creativos a la hora de planificar y no desmotivarse si algo no sale. El año pasado, con Luli, estábamos en el grupo de Alufim (que en ese momento estaban entre 4 y 5 años), y fue un gran desafío encontrar dinámicas virtuales al ser lxs janijim/ot tan chiquitxs, pero pudimos encontrarle la manera y por suerte a fin de año pudimos tener un cierre presencial. Cada grupo tiene sus propias preocupaciones, juegos que funcionan y juegos que no, peulot en un horario o en otro, noches de juegos, pero lo que nunca se pierde es el ponerle ganas y buena onda a todo lo que nos proponemos. Todo es cuestión de probar, jugar y ver si gusta o no.
A esta altura hay millones de recursos, dinámicas, elementos visuales que son claves para las peulot virtuales. Es solo cuestión de aprovechar estas herramientas y encontrar la mejor opción.
Sin embargo, la virtualidad tiene sus puntos en contra. Este no es un momento fácil y como tnuá queremos brindar un marco de contención y conexión a pesar de estar distanciados. Aunque no podamos vernos presencialmente cada sábado (quizás algunos sí, algunos no), queremos mantener esa esencia de Olam como lo venimos haciendo. Queremos que sepan que vamos a volver a encontrarnos, volver a abrazarnos, volver a sentir un majané presencial, volver a cantar por Olam con todas nuestras fuerzas, sin que se desfase el sonido como en Zoom. Hasta ese momento, vamos a seguir adaptándonos a los cambios y superando las adversidades. Somos un movimiento que desde 2008 nos movemos junto a lo que pasa a nuestro alrededor, y no hay dudas de que también lo vamos a hacer ahora.
Shelí, Sheljá, Shelanu
שלי, שלך, שלנו
Comentarios