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Lag BaOmer

  • Foto del escritor: Tomás Donzis
    Tomás Donzis
  • 29 abr 2021
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 26 ago 2021

Probablemente este 30 de Abril sea un día completamente común en sus día a día. Probablemente pase otro 18 de Iyar completamente rutinario en el contexto de pandemia. Probablemente sea por un año más, la fecha en la que en el colegio comemos papa, la fecha que está cerca de esa peulá en la que jugamos con arco y flecha y escuchamos la historia de un joven que se había enamorado pero que para que el amor le sea devuelto tuvo que estudiar, convirtiéndose en un sabio.


El 18 de Iyar es Lag Ba’omer, es decir el día 33 de la cuenta del Omer que va desde Pesaj hasta Shavuot, el puente entre el jag de la libertad y la entrega de la Torá en el Har Sinai. Históricamente, por la época del Beit HaMikdash, se llevaba al gran templo una ofrenda de harina y cebada la segunda noche de Pesaj y la gente se preparaba espiritualmente para recibir la Torá 7 semanas después. El Beit HaMikdash fue el centro espiritual del judaísmo religioso en los tiempos previos a su segunda destrucción en mano de los romanos, tiempos en los que la única religión que se permitía manifestar públicamente era aquella que este Imperio trajo consigo. Durante la invasión, las prácticas del judaísmo se vieron censuradas en su propia tierra, el estudio de la Torá comenzó a ser vetado, por lo que las personas estudiosas tuvieron que encontrarle la vuelta para no perder el legado religioso milenario que trajeron consigo. Como pretexto utilizaban la caza, entonces grupos de personas judías salían de sus casas con arcos y flechas y se sumergían en los bosques y cuevas para prender fogatas y estudiar Torá en conjunto.


Uno de los sabios más importantes de esta época fue Rabi Akiva, cuya historia resumí previamente. Después de sus años de estudio, comenzó a juntar discípulos con quienes estudiaba durante estas rondas de “caza”.


En Lag Ba’Omer conmemoramos tres cosas principalmente:

  • La muerte de Rabi Shimón Bar Yojai, escritor del “Zohar”, libro fundamental de la mística judía.

  • La rebelion de Bar Kojba contra los romanos, cuyo resultado fue fallido, pero se recuerda su valentía.

  • Y el fin de una epidemia que se llevó a 24000 discipulos de Rabi Akiva.


Centrandome en este último punto, un motivo de esperanza y de festejo, me pongo a pensar. En un contexto histórico en el que tuvo que encontrar la forma de seguir con sus actividades, Rabi Akiva no bajó nunca los brazos y pese a la situación desfavorable, sumado al hecho de que sufrió una epidemia, siguió comprometido con el estudio de la Torá tanto para él como para sus discipulos. Suena familiar, ¿no?


De Rabi Akiva, claramente, podemos tomar su persistencia, su sabiduría y su humildad. Sin embargo, no podemos dejar de lado la jalutziut (pionerismo) que tuvo a la hora de siempre encontrarle la vuelta a continuar con el estudio de la Torá, con preservar la educación. Uno de nuestros pilares ideológicos, como Tnuat Noar es esta misma jalutziut, el incentivo de lxs javerim/ot por tomar la iniciativa a la hora de cambiar el mundo. En el 2020, la definición de nuestro pionerismo se vió en juego por una pandemia mundial que nos hizo tener que adaptarnos a lo que parecía ser una nueva realidad, sin mifkadim, sin majanaim, sin “OOOOOOOOlambe empezó hace un tiempo…”. Sin embargo a estas adversidades supimos hacerles frente casi instantaneamente, con la mentalidad del/la jalutz/á y más de una herramienta tecnológica, pudimos adaptar lo que hubiesemos hecho en el ken pero en nuestras propias casas. Por este motivo, nunca es tarde para felicitar y agradecer tanto a lxs janijim/ot, como a lxs bogrim/ot, como a las familias de lxs mismxs, por haber sido participes de la historia, por haber sido jalutzim/ot y ante la distancia y la pandemia, haber preservado a Olam Beiajad como un marco educativo.


Este es un Lag Ba’Omer especial para recordar y festejar la iniciativa de Rabi Akiva y el mismisimo pionerismo que nos motivó a seguir ante las adversidades. Somos una Tnuat Noar con javerim/ot muy comprometidxs que me enorgullecen cada día más con su creatividad.


Por estos motivos y hoy más que nunca, me adhiero a la consigna de la Familia Hanoar Hatzioní diciendo #LaTnuáNoPara y les deseo un


¡Lag Ba’Omer sameaj!

Shelí, Sheljá, Shelanu

שלי, שלך, שלנו

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